Western de los de antes, de los de siempre, de los inmortales. Una de las obras de arte del género, sin lugar a dudas.
Magníficamente dirigido por John Sturges, uno de los mejores directores de la historia, esta historia de amistad, de venganza y de justicia magníficamente interpretada por Anthony Quinn y Kirk Douglas, dos de los grandes de Hollywood, nos narra como el sherick de un pueblo descubre que el asesino de su esposa de raza india es el hijo único del que fuera su mejor amigo. Excelente duelo interpretativo que mantiene en tensión al espectador a la espera de que llegue el tren a la estación para poder transportar al sospechoso.
Sobresaliente western, un 9, de lo mejorcito del género. Se hizo un remake no hace muchos años que no llega a la altura de éste, a pesar de contar con muchos mejores medios.