El gran Michael Curtiz dirige esta película con tintes reclutadores rodada en plena II Guerra Mundial, aunque representa el momento anterior a la entrada en la misma de EE UU al no haberse producido todavía el ataque japonés a Pearl Harbor, y donde los americanos se enrolaban en el ejército canadiense para luchar contra el fascismo en Europa.
Protagonizada por James Cagney en uno de sus pocos papeles bélicos, representa como los aviadores civiles se presentaban voluntariamente en las fuerzas aéreas canadienses, donde tenemos la oportunidad de ver a grandes secundarios en papeles más protagonistas con su minuto de gloria, y apreciar la salvaje belleza de Brenda Marshall, donde Curtiz eleva el honor y la amistad a la máxima potencia.
Desde luego, es un buen vehículo propagandístico que era su finalidad.
Aprobado, 5.