Drama romántico con ciertos toques de comedia el que realizó Frank Borzage donde una mujer fatal, como Marlene Dietrich, con su sola presencia y su mirada, enamora al más pintado, en este caso a un pipiolo como Gary Cooper, y no sólo en la ficción, también lo consiguió en la realidad, aunque sólo fueran una pocas semanas.
Elegante casi siempre, vulgar en ocasiones, nunca pierde su interés esperando una nueva aparición de la Dietrich con esas seductores poses y esa mirada que te penetra a pesar de la profundidad de la pantalla.
Notable, 7.