Film cuando menos extravagante de Ridley Scott, con dos aspectos claramente diferenciados, por un lado la codicia de unos pocos que se dedican a la buena vida, los lujos, la fastuosidad y los placeres que te reporta el dinero fácil del mundo de la droga, y por otro las consecuencias que dicha facilidad acarrea cuando te equivocas y sobrepasas los propios límites autoimpuestos, cuando tus propios actos merced a esa codicia se ven condicionados por los actos de los demás, incluso los de tu círculo más íntimo, donde no existe la confianza, ni la amistad, ni tan siquiera la muerte, sólo los sentimientos encontrados.
Película lenta, que no quiere decir mala, con cinco personajes claves de los que únicamente ves a dos en la misma escena, con largos diálogos que te explican el devenir de la vida y de los hechos, lo que en ocasiones te puede parecer confuso. De hecho, yo la ví en el cine y me dejó muchas dudas, ahora, tras verla en varias ocasiones y escuchar esos diálogos, he comprendido la fastuosidad de la trama y el guión intrincado por el que nos lleva Ridley Scott, en una obra que no le puede ser reconocida por la mayoría de los espectadores. Un 7.