Inusitada comedia romántica con tintes mafiosos esta que nos ofrece Martyn Burke y que sirve de despedida y homenaje a uno de los grandes de la historia del cine, el gran Anthony Quinn, que no vió la película y que en su rodaje ya se encontraba muy disminuido rodando la mayoría de la escenas sentado y los que han escuchado la versión original, con una voz ya muy cascada.
La película es amable y divertida, con Sylvester Stallone como galán de comedia romántica con bastante solvencia y una Madeleine Stowe como "niña pija" que se va endureciendo con el metraje, eso sí, siempre muy elegante y atractiva.
Historia de vendettas mafiosas y de amores inconfesables, de escenas desternillantes y otras que se quedan en estúpidas por su inconsistencia, de momentos de ternura como los de Stallone con Quinn que le confiesa que va a morir y el bueno de Sly le dice que eso es imposible. Homenaje a uno de los grandes que nos dejó tras el rodaje y antes del montaje, Don Anthony Quinn, el inmortal Zorba y el Papa de "Las sandalias del pescador".
Aprobado, 5.