Primera película dirigida por Eastwood, que llegó a un acuerdo económico con la Universal para llevarse un porcentaje de la recaudación sin percibir un céntimo por su interpretación, en este thriller que tiene de todo, intriga, romanticismo, realismo, y hasta algún que otro guiño de terror con un par de escenas inesperadas que hacen que un escalofrío recorra tu columna vertebral.
Cinta que apunta a lo que posteriormente sería uno de los mejores directores de la historia, bien apoyado y aconsejado, supongo, por su amigo Don Siegel que cuenta con un pequeño papel en la película. Eastwood pasa de la narración de un thriller donde se sospecha que la radioyente tiene algún problema de conducta, a ir poco a poco confirmándose, de retomar una relación romántica tranquila y la retransmisión de un concurso de jazz a un clímax de quasi terror que cualquier director habría firmado, Hitchcock incluido.
Eastwood diferencia notablemente las relaciones del locutor con Jessica Walter por un lado, y Donna Mills por otro, con las veleidades machistas claramente marcadas en ciertos momentos, y el acentuado dominio de la situación, en ocasiones, de la psicópata en el manejo de la situación.
Notable, 7.