Hay que ser un genio para plagiarse a sí mismo y de una misma novela, "High sierra" de W. R. Burnett, obtener dos éxitos cinematográficos con apenas diez años de diferencia en dos géneros tan complicados como el cine negro y el western.
Eso hizo Raoul Walsh, un genio en sí mismo. Al éxito que encumbró a Humphrey Bogart en "El último refugio" de 1941, le sumó el de este western de 1949 con Joel McCrea y una preciosa Virginia Mayo en sus papeles principales, sobre un ladrón y asesino en busca de su redención que encuentra por el camino, tras muchas decepciones y sinsabores, a una mujer fatal de la que acaba enamorándose perdidamente.
Ambos fueron un éxito, ambos son estimables y aunque parten de la misma novela, los matices las hacen diferentes gracias a uno de los mejores narradores audiovisuales de historias, un genio en sí mismo.
Los que han leído alguna de mis críticas, saben de mi devoción por Virginia Mayo que aunaba talento y salvaje belleza casi a partes iguales. Sin duda, en este film está especialmente atractiva y deseable.
Notable, 8.