Sólo por el final la película tiene su mérito. El guión, aunque rebuscado, es bastante loable en el tan trillado motivo de los viajes en el tiempo, y tanto Gordon Levitt, como Bruce Willis cumplen con acierto en sus papeles, con una gran escena en el desayuno.
Le doy un notable bajo, 7, porque se podían haber aclarado alguna cosa más, como el porqué no se pueden enterrar los cuerpos en el futuro, cuestión que se queda en el aire. Tremendo el poder telequinético tanto de su pasado como de su futuro.