Cuarta entrega con la vista puesta en acabar con la saga, una vez terminada también la serie que se realizó sobre la misma interpretada por el propio Adrian Paul. Nos sorprende que aunque sólo puede quedar uno, los Inmortales pueden ser multitud, y además pueden crear nuevos inmortales.
La verdad es que esta cuarta entrega sorprende poco, el producto está agotado y Douglas Aarniokoski, el director, apenas puede lucirse si no es en la mejora de los efectos especiales, lo que tras el transcurso de 25 años no sorprende, si acaso el evidente paso del tiempo en Christopher Lambert, al que la inmortalidad y el maquillaje no le pueden ocultar el inefable transcurso de los años.
No llega al aprobado, 4.