Minnesota, 1990. El detective Bruce Kenner (Ethan Hawke) investiga el caso de la joven Angela (Emma Watson), que acusa a su padre, John Gray (David Dencik), de haber abusado de ella. Cuando John, de forma inesperada y sin recordar lo sucedido, admite su culpa, el reconocido psicólogo Dr. Raines (David Thewlis) se incorpora al caso para ayudarle a revivir sus recuerdos reprimidos. Lo que descubren desenmascara una siniestra conspiración.
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Escrita y dirigida por Alejandro Amenábar, este thriller basado en hechos reales plantea una investigación criminal sobre el supuesto de unos abusos sexuales de un padre a su propia hija. Ethan Hawke se mete de lleno en la investigación, e intenta seguir los testimonios de la víctima Emma Watson, convincente en su papel, mientras un psicólogo interpretado por David Thewlis a través de las técnicas de regresión, intenta bucear en los recuerdos perdidos de los presuntamente implicados, lo que les depara a todos una sorpresa un tanto irracional, jugando con los propios miedos del espectador que se pregunta hasta qué punto pueden ser ciertos esos hechos que se van desgranando en la pantalla.
A pesar de su interesante puesta en escena, a pesar de una excelente banda sonora original que nos acompaña durante todo el minutaje marcándonos las pautas de lo que estamos viendo, a pesar de su sofocante intriga y de su inesperada resolución, me parece un thriller flojo, monótono y extravagante, donde nunca se llega a un clímax verdaderamente sugerente ni insoportable, no pasando de un aprobado.
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