Es increíble lo despiadados y brutales que podemos llegar a ser los seres humanos, incluso entre nosotros.
Me ha sorprendido mucho la asombrosa entereza con que hablan las protagonistas, dados los escasos recursos de los que disponen para hacer frente a situaciones de una violencia tan extrema como las que han vivido, siendo posteriormente marginadas y abandonadas con los efectos de éstas, que te arruinan la vida en varias esferas y quedan a gestionar por ellas solas. Una barbaridad y una realidad muy dura de asimilar.
A nivel fotográfico, precioso y muy inteligentemente usado el hecho de mostrar la maravillosa belleza natural del país, que contrasta fuertemente con el espantoso contexto de violencia en el que viven sus habitantes.