He de reconocer que nuevamente me ha sorprendido Denis Villeneuve, y para muy bien. No esperaba los matices que ha logrado introducir en un tema tan trillado como la lucha contra el narcotráfico, la brutalidad de los carteles de la droga, la lucha por la primacía en la distribución de la droga, incluso entre países.
Lo de la injerencia de la CIA en todos los asuntos que llevan aparejados beneficios sean del tipo que sea, en el extranjero, e incluso dentro del propio territorio de EEUU, algo que tienen vedado por Ley, no es nuevo en absoluto, y ha sido denunciado hasta la saciedad tanto en el Congreso como por diferentes cineastas que consideran que la fina línea entre la legalidad y el delito se sobrepasa con demasiada frecuencia.
La primera escena ya es apabullante y fiel reflejo de lo que nos espera. Ese asalto al rancho de los narcos por el FBI es electrizante, donde tenemos la oportunidad de ver a Emily Blunt en su papel de agente del FBI inteligente, valiente y consecuente con su trabajo, además de observar con los ojos como platos unas escenas dantescas totalmente inesperadas.
Luego la misión, dentro de la lógica en la lucha contra el narcotráfico, buscando los túneles que comunican ambos países y utilizados por los narcos para introducir su mercancía, para lo que recurren a todos los medios. La intervención de la CIA y de tropas paramilitares no es extraña dada la violencia con la que se producen los narcos, y el alto nivel de sofisticación de su armamento.
Y por último, Benicio del Toro, un tipo que actúa de asesor pero que te da la sensación desde el principio de que esconde algo, de que no es trigo limpio, que se puede alinear tanto con las fuerzas de la ley como con los narcotraficantes a los que parece perseguir. Intriga que se mantiene hasta los títulos de crédito con la indefinición del personaje, uno de los más logrados por Benicio en mi opinión.
Les sorprenderá, sin duda. Sobresaliente, 9.
Me encanta cómo Denis Villeneuve es capaz de hacer películas tan buenas de temáticas diferentes. Lo mismo te mata de intriga en Prisioneros, como te deja construyendo un puzzle en Enemy, como te adentra en la ciencia ficción de manera limpia en La llegada o con la obra maestra de la reciente Blade Runner 2049. En Sicario toca la acción y la crudeza realista. Te pone nervioso/a cuando todavía no está pasando nada, te acerca al mundo de las drogas con una trama interesante que se vas desvelando junto a la protagonista y te hace sentir mal por cómo es nuestra realidad.