Secuela de la anterior con el mismo espectáculo visual, con acción a raudales, efectos especiales a tope, explosiones, destrucción del patrimonio histórico de la humanidad como hace el Presidente Sirio y la oposición del Estado Islámico, no dejando construcción alguna en pie ni robot que se precie.
Nulo guión, interpretaciones mediocres, siendo lo único reseñable Megan Fox marcando su trasero en pantalones cortos y su larga carrera con unos impolutos pantalones blancos, todo ello aderezado por Michael Bay para que el ritmo de la acción no decaiga.
El espectáculo visual y la acción durante 150 minutos de pura diversión bien se merecen un 6. Por lo demás, tan insulsa como su precedente.