Si hace un par de años me llegan a decir que existiría una serie tan buena narrativa y visualmente, con tanta diversidad de contenido original y con historias tan diferentes pero conexas que el hecho de quedarte con la boca abierta cada vez que termina un capítulo resulta algo atractivo, seguramente no lo creería. De hecho, hace un par de años la existencia de The Leftovers era prácticamente inviable para el conecto de televisión. Pero gracias a Dios nació de la peculiar mente de Damon Lindeloff.
Pero vayamos al grano. ¿Qué nos ofrece The Leftovers? Locura. Un mundo que no conocemos, un mundo loco lleno de locos donde nadie se salva de sus peculiaridades. Pero lejos de carecer de racionalidad todo queda descrito de una forma cotidiana y sutil haciendo ver que todo es normal.
Pero a parte de una historia peculiar, bien presentada y trabajada, la serie resulta ser aún mejor por lo que nos ofrece a través de trabajo técnico. Planos artísticos que transmiten lo que la historia nos quiere sugerir, descripciones de la locura o del mundo de los muertos a través de imágenes.
Si bien la anterior temporada no llego a este nivel tan despampanante, sí que sentó las bases de la historia. Sí que trato de presentarnos esta locura continua, donde no sabes que esperar del próximo capítulo, pero que cuando llega supera lo visto la semana anterior. Y es esta para mí, la clave del éxito de esta temporada de The Lefotvers: Una irregularidad conexa. Me explico.
Podemos tener capítulos de uno u otro personaje. Situados en el tiempo de una manera confusa, y contando historias que en un principio parecen difíciles de anclar con el resto. Cuando crees que ya solo queda esperar firme la resolución o explicación parcial de porqué pasa algo: los esquemas cambian. Otro personaje entra en juego, te confías, bajas las defensas, te esfuerzas por entender la causalidad de su historia, y cuando todo parece perdido, en los últimos minutos comienza a encajar con lo anterior. Todos están relacionados o por sus actos o por sus motivaciones. Sublime. No hay una explicación total, pero si una explicación parcial, y como no han creado ningún tipo de expectativas, eso nos regodea de felicidad.
Sin más dilatación, esto es The Leftovers, una serie recomendable para los amantes de la calidad en las series.
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The Leftovers: Más allá de la calidad televisiva.
Si hace un par de años me llegan a decir que existiría una serie tan buena narrativa y visualmente, con tanta diversidad de contenido original y con historias tan diferentes pero conexas que el hecho de quedarte con la boca abierta cada vez que termina un capítulo resulta algo atractivo, seguramente no lo creería. De hecho, hace un par de años la existencia de The Leftovers era prácticamente inviable para el conecto de televisión. Pero gracias a Dios nació de la peculiar mente de Damon Lindeloff.
Pero vayamos al grano. ¿Qué nos ofrece The Leftovers? Locura. Un mundo que no conocemos, un mundo loco lleno de locos donde nadie se salva de sus peculiaridades. Pero lejos de carecer de racionalidad todo queda descrito de una forma cotidiana y sutil haciendo ver que todo es normal.
Pero a parte de una historia peculiar, bien presentada y trabajada, la serie resulta ser aún mejor por lo que nos ofrece a través de trabajo técnico. Planos artísticos que transmiten lo que la historia nos quiere sugerir, descripciones de la locura o del mundo de los muertos a través de imágenes.
Si bien la anterior temporada no llego a este nivel tan despampanante, sí que sentó las bases de la historia. Sí que trato de presentarnos esta locura continua, donde no sabes que esperar del próximo capítulo, pero que cuando llega supera lo visto la semana anterior. Y es esta para mí, la clave del éxito de esta temporada de The Lefotvers: Una irregularidad conexa. Me explico.
Podemos tener capítulos de uno u otro personaje. Situados en el tiempo de una manera confusa, y contando historias que en un principio parecen difíciles de anclar con el resto. Cuando crees que ya solo queda esperar firme la resolución o explicación parcial de porqué pasa algo: los esquemas cambian. Otro personaje entra en juego, te confías, bajas las defensas, te esfuerzas por entender la causalidad de su historia, y cuando todo parece perdido, en los últimos minutos comienza a encajar con lo anterior. Todos están relacionados o por sus actos o por sus motivaciones. Sublime. No hay una explicación total, pero si una explicación parcial, y como no han creado ningún tipo de expectativas, eso nos regodea de felicidad.
Sin más dilatación, esto es The Leftovers, una serie recomendable para los amantes de la calidad en las series.
@MrSixto