Decididamente sigue sin gustarme nada de nada este James Bond rubio con cara de boxeador, sincero, serio, que se enamora a cada nueva entrega.
¿Donde está el James Bond elegante con un toque de snobismo, divertido con un toque de cinismo, caballero con las mujeres con un toque de machismo de buen gusto, irresistible hasta para la cerradura del dormitorio femenino más protegido del mundo?
Ahora todos los malos tienen que ver en lo personal, antes sólo era trabajo. Las mega-estructuras bolavan en pedazos mientras que el malísimo escapaba a bordo de una nave espacial y se refugiaba en un crater de la luna, mientras prometía volver.
Todos respirábamos aliviados porque sabíamos que así, habrían más aventuras...
Ahora los malos acaban con un tiro en la cabeza o arrestados como simples cacos. Ya no se respeta nada, ni siquiera se les da una muerte digna de la grandiosidad de su maldad, sólo igualada por su megalomanía.
Todo se pierde, quizás este es el James Bond que todos quieren ahora.
Entonces quizás sea yo el que esté "demodé"...
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Decididamente sigue sin gustarme nada de nada este James Bond rubio con cara de boxeador, sincero, serio, que se enamora a cada nueva entrega.
¿Donde está el James Bond elegante con un toque de snobismo, divertido con un toque de cinismo, caballero con las mujeres con un toque de machismo de buen gusto, irresistible hasta para la cerradura del dormitorio femenino más protegido del mundo?
Ahora todos los malos tienen que ver en lo personal, antes sólo era trabajo. Las mega-estructuras bolavan en pedazos mientras que el malísimo escapaba a bordo de una nave espacial y se refugiaba en un crater de la luna, mientras prometía volver.
Todos respirábamos aliviados porque sabíamos que así, habrían más aventuras...
Ahora los malos acaban con un tiro en la cabeza o arrestados como simples cacos. Ya no se respeta nada, ni siquiera se les da una muerte digna de la grandiosidad de su maldad, sólo igualada por su megalomanía.
Todo se pierde, quizás este es el James Bond que todos quieren ahora.
Entonces quizás sea yo el que esté "demodé"...