Carol Reed nos trae el fabuloso mundo del circo a la pantalla, y uno de sus números más peligrosos, el trapecio. Un guión sin complejidades, donde un gran trapecista sufre un accidente realizando el triple salto mortal, rompiéndose una pierna, alejándose de las luces aunque no abandona el circo y trabaja de tramoyista, un joven, hijo de otro ilustre trapecista, que le busca para que le enseñe a realizar el triple salto, y una ambiciosa y bella mujer que cierra el triángulo amoroso.
Ambos trapecistas se enamoran, uno queriendo y otro sin querer, de la atractiva mujer que pretende también el éxito a cualquier precio, los que les lleva incluso a enfrentarse entre ellos y poniendo en jaque el objetivo final, el triple salto, algo que pocos habían conseguido hasta la fecha.
Buenas actuaciones de Burt Lancaster, un actor que no quería dobles aunque aquí lo tuvo que tener, bien arropado por un joven Tony Curtis y la siempre seductora Gina Lollobrigida, que fiel a su papel, enamora a ambos.
Buena oportunidad para observar que no todo es tan bonito ni tan ilusionante en el circo, mirándolo con ojos de adulto y no de un niño, donde las miserias humanas también alcanzan a nuestros héroes, desde un payaso, a la estrella del circo, hasta al último humilde tramoyista, y demostrando que no todo es glamour en el espectácula, como bien narra Lola a uno de sus enamorados.
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Carol Reed nos trae el fabuloso mundo del circo a la pantalla, y uno de sus números más peligrosos, el trapecio. Un guión sin complejidades, donde un gran trapecista sufre un accidente realizando el triple salto mortal, rompiéndose una pierna, alejándose de las luces aunque no abandona el circo y trabaja de tramoyista, un joven, hijo de otro ilustre trapecista, que le busca para que le enseñe a realizar el triple salto, y una ambiciosa y bella mujer que cierra el triángulo amoroso.
Ambos trapecistas se enamoran, uno queriendo y otro sin querer, de la atractiva mujer que pretende también el éxito a cualquier precio, los que les lleva incluso a enfrentarse entre ellos y poniendo en jaque el objetivo final, el triple salto, algo que pocos habían conseguido hasta la fecha.
Buenas actuaciones de Burt Lancaster, un actor que no quería dobles aunque aquí lo tuvo que tener, bien arropado por un joven Tony Curtis y la siempre seductora Gina Lollobrigida, que fiel a su papel, enamora a ambos.
Buena oportunidad para observar que no todo es tan bonito ni tan ilusionante en el circo, mirándolo con ojos de adulto y no de un niño, donde las miserias humanas también alcanzan a nuestros héroes, desde un payaso, a la estrella del circo, hasta al último humilde tramoyista, y demostrando que no todo es glamour en el espectácula, como bien narra Lola a uno de sus enamorados.
Notable, 8.