Drone es un documental valiente y necesario que pone sobre la mesa el lado más oscuro y silenciado de la guerra moderna: el uso sistemático de drones por parte de Estados Unidos para ejecutar asesinatos selectivos en países como Pakistán, fuera de cualquier marco legal internacional.
Tonje Hessen Schei construye un mosaico de testimonios que van desde jóvenes pilotos reclutados en ferias de videojuegos, hasta periodistas, activistas y víctimas directas de los ataques. El resultado es una reflexión inquietante sobre cómo la tecnología ha permitido al poder militar operar con una frialdad aséptica, desde miles de kilómetros, y con una impunidad alarmante.
El documental denuncia claramente el abuso por parte de EE.UU. en territorios donde ni siquiera ha declarado la guerra. Los ataques aéreos sobre Pakistán, muchos de ellos dirigidos por la CIA, han matado a cientos de civiles sin que nadie rinda cuentas. La película no solo muestra el sufrimiento de las víctimas, sino también las secuelas psicológicas de los propios operadores, atrapados entre la obediencia y el trauma moral.
A nivel formal, Drone es sobrio pero efectivo. No necesita artificios: deja que hablen los hechos y las personas. Quizás podría profundizar más en el marco legal internacional o el papel de empresas privadas, pero como denuncia ética y política, cumple con creces.
Una obra necesaria en tiempos donde la guerra se ha convertido en un videojuego sin reglas y la muerte se decide desde una pantalla. Perturbador, pero imprescindible.