"The Colour of Magic" es la segunda de la trilogía de miniseries realizada por Vadim Jean basadas en las novelas de la serie Discworld de Terry Pratchett. En adaptación intenta recrear con fidelidad los dos primeros libros de la saga, con el mago Rincewind y al turista Dosflores.
Al igual que las novelas, la miniserie tiene un buen equilibrio entre fantasía y humor satírico. En realidad es prácticamente comedia, sin momentos realmente dramáticos, y con unos momentos de acción y aventura, sin intriga alguna. Y pese a durar tres horas, parece que les falta tiempo para introducir un poco de contexto del mundo Discworld y de los personajes, y todo sucede de forma apresurada, sin entretenerse en profundizar en ningún personaje secundario. Esto se nota tanto en el personaje de Dosflores, que pese a ser el protagonista, uno no sabe ni de donde viene, ni que hace ahí, ni el contexto. Y también con uno de mis personajes favoritos, la Muerte, que no se llega a decir nunca quién puede verla y oírla, lo que deja algunas escenas extrañas.
Los efectos especiales son los esperables de una producción de bajo presupuesto, pero bastante decentes. Al fin y al cabo, en muchos relatos y fantasía y ciencia ficción, lo que importa es el relato. Lo que no tiene excusa, son las malas actuaciones y las coreografías en las escenas de acción. Hay escenas en las que se ve descaradamente como giran la cara antes que le golpeen, y lo rematan con un sonido fuera de tiempo.
Y hablando de las actuaciones, aunque David Jason y Sean Astin no son malos actores, todos se ven obligados a sobreactuar para compensar una dirección muy pobre. Y por supuesto, entre todos destaca Tim Curry como villano, con su clásica interpretación exagerada que encaja con el tono cómico de serie.
"The Colour of Magic" es una de las pocas adaptaciones de Discworld y no hay con que compararla, por lo que vale la pena ser indulgente y verla sin ser demasiado crítico y disfrutar de la historia, como una disfruta viendo producciones de fantasía de bajo presupuesto.