El gran guerrero es una producción que combina espectacularidad técnica, autenticidad cultural y una narración envolvente que aprovecha al máximo los paisajes naturales de Hawái.
Si bien puede recordar a obras anteriores, logra brillar con identidad propia gracias a la riqueza de su ambientación y a la decisión de apostar por lo autóctono convierte la propuesta en algo más que un simple espectáculo visual, la transforma en un relato con valor histórico y cultural.