El lenguaje soez, chabacano, lleno de exabruptos, insultos y menosprecios me han traído a la memoria mi servicio militar obligatorio, donde lo primero que te enseñaban no era como coger el cetme, era imitar ese lenguaje soez y de baja estofa que es como el idioma militar, que no tardé en aprender ni 24 horas.
Todos tuvimos nuestro sargento de hierro, el mío era un tal Barroso que procedía de la legión, que nos trataba despóticamente, a la usanza del Tercio, y lo mismo que había ratos malos, como en la película, también los había buenos y muy buenos, cuando confraternizabas con tus compañeros de fatigas con los que te jugarías la vida en caso de conflicto armado.
Clint Eastwood es un genio tanto delante como sobre todo detrás de la cámara. Película en la que un viejo sargento curtido en mil batallas, solitario, divorciado y alcohólico vuelve al final de su vida al cuartel donde empezó todo, donde quedan sus viejos amigos marines y se encuentra su ex mujer, mientras alecciona y entrena a un pelotón de marines.
Recomendada, te hará pasar un buen rato sin duda. Notable, 8.