Drama carcelario en un futuro donde el estado deja a sus convictos al cuidado de entidades particulares que los utilizan como mano de obra esclava para construir la misma prisión donde están recluidos.
Mucha ciencia ficción, con efectos especiales muy vulgares, una historia que podría ser real no tardando muchos años controlando la procreación humana limitando el número de hijos y tratando como criminales a los que la transgreden.
Ni la prisión ni la fuga de la misma están muy logradas, y la película, a pesar de su vulgaridad y del elenco actoral encabezado por un Christopher Lambert muy mediocre y Kurtwood Smith en el papel de alcaide no convencen, y mucho menos Loryn Locklin en el papel de esposa embarazada, pero consigue lo que propone, que es entretener durante hora y media.
Aprobado, 5.