Caída del Imperio Romano de Occidente (476 d. C.). El día de la coronación del emperador Rómulo Augusto, Roma cae en poder de Odoacro, rey de los hérulos (Peter Mullan). Ambrosino (Ben Kingsley), el mentor de Rómulo, había predicho un gran peligro para la ciudad. El padre del emperador, preocupado por la seguridad de su hijo, pone al niño bajo la protección del comandante Aurelio (Colin Firth). Tras la captura de Rómulo por los bárbaros y su traslado a la isla de Capri, Aurelio intenta rescatarlo con la ayuda de sus hombres más leales y de un misterioso guerrero. Cuando, por fin, consiguen liberarlo, el grupo emprende la búsqueda de la única legión que queda: la novena, que se encuentra en Britania.
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Flojisima, mala, paupérrima adaptación de la novela del mismo nombre de Valerio Manfredi, novela que tiene mucho encanto y mucha sapiencia e imaginación. Esto es un guión adaptado infumable, con unos errores históricos que no se los salta un niño de primaria, con copias indecentes de más de media docenas de películas, con unos diálogos sacados de cualquier TEBEO de Ibáñez, con una puesta en escena decente y con un elenco de actores importantes que no pueden salvar el resultado final.
Partiendo de la dirección, con un Doug Lefler que viene del mundo de la TV, que nunca consigue mantener un hilo conductor a las sucesivas coreografías de batallas y a una historia mínimamente reconocible, nos pretende presentar en un batiburrillo de poco más de hora y media la caída del Imperio Romano, la desaparición de la Novena legión romana en Britania, y el inicio de las leyendas artúricas con la forja de "Excalibur" , todo sin pies ni cabeza y sin la menor ligazón.
Francamente no entiendo como actores oscarizados con Ben Kingsley o secundarios de lujo como Colin Firth o John Hannah se pueden inmiscuir en estos proyectos de reducido presupuesto. La película al menos entretiene pues te seduce con lo que puede pasar al final con la novena legión y la iniciación de las leyendas artúricas, y aunque las coreografías de las batallas no sean brillantes, al menos funcionan si exagerar el gore.
Mención especial a la salvaje belleza de Aishwarya Rai, a la que a partir de ahora seguiré. Un placer verla en pantalla.
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