Drama icónico de Spike Lee, ese gran director que de vez en cuando nos regala una película de culto, como "La última noche".
Película realista como la vida misma, una historia creíble, una noche que quieres hacer eterna porque el dia que viene sólo depara horrores y desesperación sin futuro. Una despedida intensa, con reproches productos de los miedos, de los errores, de la responsabilidad, un punto y aparte donde no hay redención, donde ya las lágrimas y los buenos deseos no significan nada, donde no hay vuelta atrás... o sí.
Gran película para degustar, sin prisas pero sin pausa la historia va fluyendo en una cascada de sensaciones visuales, musicales, sentimentales, con unas excelentes interpretaciones, sobre todo de Edward Norton que realiza un papel absolutamente creíble, excelso, brillante, y un epílogo narrando esa deseada segunda oportunidad de Brian Cox irrefutable y conmovedor.
Una pequeña obra de arte. Sobresaliente, 9.