Viendo la filmografía de Russell Crowe me he encontrado esta película sobre la vida rural en Alaska, y sobre el hockey hielo, deporte que desconozco más allá de ver alguna final olímpica entre EEUU y la extinta URSS, que por entonces eran las potencias predominantes en casi todo, también en esta disciplina.
Poco he aprendido del deporte y sus reglas, porque aunque toda la película gira en torno al deporte y al partido de los lugareños contra un equipo profesional por esas circunstancias del destino, lo realmente importante es cómo interactúan sus protagonistas en un pueblo donde toda la vida gira sobre el lago helado donde practican su deporte predilecto.
Con una excelente fotografía, como por otra parte no podía ser menos ante los majestuosos paisajes montañosos nevados y congelados, los pinos verdeciendo entre el glamuroso blanco de los hielos como preciosa estampa navideña, el vaho de los alientos gélidos, y los corazones calientes, a veces demasiado, de sus habitantes, bien dirigidos por Jay Roach con un verdadero elenco de grandes actores con papeles secundarios que hacen muy divertido el visionado de esta cinta.
Mi nota, un notable 7.