Drama romántico dirigido por Tony Scott basado en una novela corta de Jim Harrison con guión del mismo autor que nos transporta a una historia de traiciones y venganzas.
Scott profundiza someramente en el aspecto romántico de la traición, para llevarnos a una espiral de violencia que culmina en una disculpa sin sentido cuando ya nada tenía remedio y la suerte estaba echada.
Gran trabajo actoral donde todavía podemos apreciar el talento de Anthony Quinn como mafioso latino traicionado, con un convincente Kevin Costner y una atractiva Madeleine Stowe, que considero que nunca estuvo más seductora que en esta cinta.
Thriller teñido en el romanticismo que no tuvo excesiva repercusión a pesar de sus actores, su director y la obra de la que procedía. A mí francamente me ha gustado y nunca lo había visto hasta que he tenido esta oportunidad, veinticinco años después de ser rodado.
Notable, 8.