Un asesino a sueldo, después de uno de sus múltiples trabajos, entra en el confesionario de una Iglesia y empieza a confesarse con el sacerdote que se encuentra en el confesionario. Hablan de lo humano, y también de lo divino, haciendo prácticamente quid pro quo, mientras van trabando confianza.
Miniserie de escaso minutaje repleta de calidad. Estupendo trabajo de Sutherland y John Hurt, con final inesperado.
Un 10 para el guionista.