Raspadita; una película que, con tanto por mostrar, deja mucho que desear. Es cierto que la interpretación de Rachel Zegler como Blancanieves no está mal, y que algunas escenas —especialmente los diálogos entre la Reina y Blancanieves o los momentos con los enanos— intentan dar cierta profundidad al relato. Sin embargo, todo se queda en un intento superficial que nunca termina de despegar.
En cuanto a Gal Gadot, se podría resumir su papel como una cara bonita y poco más. Su actuación resulta plana, predecible y sin matices, muy lejos del carácter y presencia que aportó, por ejemplo, Charlize Theron en versiones anteriores del cuento. A esto se suma el uso de CGI para los enanos, que se ve forzado y poco logrado, cuando claramente podrían haber contado con actores con enanismo, dándole mayor realismo y respeto al conjunto. Además, los decorados a menudo lucen como sets evidentes, restando credibilidad a la ambientación.
El ritmo narrativo también se resiente por la inclusión constante de canciones, que alargan innecesariamente cada acto sin aportar demasiado a la trama.
En resumen, aunque a nivel de historia no sea lo peor, los aspectos técnicos y estéticos hacen que esta película me haya dejado muchísimo que desear.
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Raspadita; una película que, con tanto por mostrar, deja mucho que desear. Es cierto que la interpretación de Rachel Zegler como Blancanieves no está mal, y que algunas escenas —especialmente los diálogos entre la Reina y Blancanieves o los momentos con los enanos— intentan dar cierta profundidad al relato. Sin embargo, todo se queda en un intento superficial que nunca termina de despegar.
En cuanto a Gal Gadot, se podría resumir su papel como una cara bonita y poco más. Su actuación resulta plana, predecible y sin matices, muy lejos del carácter y presencia que aportó, por ejemplo, Charlize Theron en versiones anteriores del cuento. A esto se suma el uso de CGI para los enanos, que se ve forzado y poco logrado, cuando claramente podrían haber contado con actores con enanismo, dándole mayor realismo y respeto al conjunto. Además, los decorados a menudo lucen como sets evidentes, restando credibilidad a la ambientación.
El ritmo narrativo también se resiente por la inclusión constante de canciones, que alargan innecesariamente cada acto sin aportar demasiado a la trama.
En resumen, aunque a nivel de historia no sea lo peor, los aspectos técnicos y estéticos hacen que esta película me haya dejado muchísimo que desear.