Sin grandes actores famosos, aunque sí muy eficientes, Lewis Seiler nos introduce en una compañía que se prepara para el inicio del fin de la Segunda Guerra Mundial, el desembarco de Normandía.
No me voy a extender en lo que significó, ni en las grandes batallas que siguieron a aquel momento histórico para acabar con el fascismo en Europa, sólo comentar lo entrañable y la cercanía de los soldados en su relación copada de amistad, miedo y esperanza, todos unidos por el objetivo común de sobrevivir, y la soledad de sus mandos, que para ser eficientes en su cometido deben alejarse el máximo de sus hombres e intentar no conocerlos en absoluto para que no le salpiquen sus heridas ni sus muertes.
Disfrutable película gracias al buen hacer de su director.
Interesante, 6.