El productor José Antonio Escrivá (Lleno, por favor) intenta replicar el éxito que estaba teniendo su padre, el también productor Vicente Escrivá con la serie "Manos a la obra" (una comedia que recordaba los comics de Pepe Gotera y Otilio), intentando adaptar las tiras cómicas de Francisco Ibáñez en la serie "El botones Sacarino".
Escrivá intenta usar fórmulas ya conocidas de las comedias españolas, mezclando la comedia de situación y enredo con humor verde, cameos de actores reconocidos e intervención de bandas musicales en cada capítulo.
Pero el resultado es más que pobre. Por un lado, el guion no tiene dinamismo alguno, la trama es repetitiva, los gags previsibles, el humor es una mal mezcla de chistes infantiles y humor verde pasado de época. La producción es realmente pobre y mala. Y la duración de los capítulos es demasiado larga.
Por otro lado, el casting está realmente mal hecho, con un sinfín de personajes no aparecen en los comics, y siendo interpretados por actores no encajan, como el del propio sacarino. (Por no hablar de los tópicos sexualizados de todas las actrices). A lo que se suma que las actuaciones están excesivamente teatralizadas, con la excusa de buscar el parecido al "comic".
Cuando uno ve la serie, parece que esté viendo una mala serie de los 80, y no una producción del siglo XXI. Todo un despropósito que mato cualquier nueva adaptación de las tiras de Ibáñez.