Cuánto talento desaprovechado, cuánta belleza postergada, cuántos dólares tirados por la productora, que decepción viendo el resultado.
Todos conocemos la afición al alcohol de John Huston y Humphrey Bogart, a los que habrá que sumar el resto del reparto que como grandes secundarios sus aficiones son más desconocidas, y además sumando la explosiva belleza de una Gina Lollobrigida desconocida, sin la voluptuosidad y su encanto, ni Jennifer Jones, una actriz de papeles serios que se embarca como el resto en esta aventura de espionaje surrealista en busca de un supuesto depósito de uranio para explotar en Centroáfrica.
Claro que dicen las malas lenguas que Truman Capote, el guionista, entre licor y licor y lo que se pusiera, escribía las páginas del guión que había que grabar al día siguiente, con lo que todo queda tan deslavazado e inconcreto que la historia queda inconexa y muy poco sugerente.
He venido atraído por Gina y por la genialidad de John Huston, y el único que se salva es Bogart simplemente porque hace el papel de Bogart.
Tengo que aprobarla, 5.