Estamos ante una adaptación de Caperucita Roja un tanto diferente, muy al estilo asiático, a lo que solemos ver.
El director y escritor Naoyuki Tomomatsu cogió la idea principal de Caperucita Roja y la transformó en una historia erótica con grandes escenas de acción dignas de cualquier serie o película de los Power Rangers.
Red Sword comienza al grano, un hombre lobo directo a por su presa, hasta que aparece una Caperucita Roja con un atuendo muy diferente, pero siempre con su capucha y… ¿una espada?
Asami, quien interpreta a la Caperucita, demuestra que puede lograr realizar escenas impactantes con grandes coreografías, a pesar de contar con un muy bajo presupuesto y una historia un tanto pobre.
Sin duda alguna, ha sido lo mejor de toda la película.
Ya que el resto de la trama se limita a puro fanservice que termina olvidado en el cajón de escenas “muy, pero muy ridículas”.
Al menos estamos ante una película corta, por lo que no perderás mucho tiempo de tu vida, siempre y cuando decidas verla.