Bastante bien, y aunque hay escenas cuando entran los "matones" a la casa y Ani se pone toda loca o cuando están buscando a Vania que parecen como sobreactuadas, llegan a transmitir el estrés de la situación de una forma extraña.
No me ha dejado indiferente, la verdad, deja ver la fragilidad, pienso que bastante realista, de una familia con ese poder económico, así tanto como la inocencia de la juventud veinteañera.
El ruso desde un primer momento se ha visto que era un buen tío, sin más, pero la última escena, sin dejar de ser extraña, deja un claro mensaje como lección de vida.