Película insustancialmente dura e ininteligible hasta los tres minutos finales, en los que sin lograrlo entiendes el porqué de los hechos.Dudoso el talento de Kellan Lutz para dramatizar en cualquier papel, lo suyo es golpear y ahí se siente en su salsa. Samuel L. Jackson dando esta vez la de arena, y nunca mejor dicho. Con el talento que tiene no se entiende que acepte estos papeles, pero lo hace tantas y tantas veces que no puede ser más que codicia o que tiene un grave problema con la ludopatía que se lleva todo su dinero.
Lo mejor, el desnudo y los ojazos de Nina Dobrev.
Mi valoración, un 5 raspado. Para los amantes del gore.