Crítica

Como es normal en la vida de un adolescente, éstos están sujetos a cambios y, por ende, sus emociones también. La entrada de nuevos sentimientos en la vida de Riley me parecen muy acertados, en especial 'vergüenza' y 'ansiedad'. De hecho, esta última es la que consigue tener un papel principal dentro del film, dando al espectador una de las mejores escenas de toda la película, en mi opinión. Y es que me parece muy acertada como han trabajado para enfocar ese sentimiento dentro del cuerpo, como cala poco a poco en el subconsciente, generando un impacto que determinará principalmente en el desarrollo cognitivo del adolescente, como es en el caso de Riley.

Si tuviera que comentar algo negativo de la película, sería que se ha hecho algo corta para mi gusto. Probablemente sea porque las emociones principales (las que conocimos en la primera entrega), apenas han tenido juego en esta entrega (y es que lo reconozco, soy muy fan de 'enfado', qué le vamos a hacer). En definitiva, me ha parecido una película entrañable, muy en la línea de la primera entrega. Se hace muy amena de ver, ya que los personajes (con sus más y sus menos), se hacen de querer.