David Yates continúa con su plan para acabar con la adaptación de la serie. Esta es la película más triste y obscura de la saga, donde se siguen sucediendo las muertes de personajes queridos y entrañables, dejando la magia y el colorido de las primeras entregas en tonos opacos y grises, donde la desolación es una protagonista más, hasta se pone en duda la amistad entre nuestros jóvenes protagonistas, hasta el sol en los escaso minutos que sale es un sol de invierno, de esos que no da calor sino que hasta te enfría más. El pesimismo y la desolación, incluso la soledad y la impotencia que irradian Harry y sus amigos, la tristeza de la muerte de sus amigos se transmiten al espectador.
Sólo resta una entrega para el desenlace final de esta obra que en su conjunto es de sobresaliente. Un 9 para esta película, donde nuestros chicos ya han crecido y se enfrentan a la gris vida adulta, donde la ilusión se queda a un lado y la certeza de luchar por lo que deseas se hace patente. Gran dirección de David Yates. Vamos con el desenlace.
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David Yates continúa con su plan para acabar con la adaptación de la serie. Esta es la película más triste y obscura de la saga, donde se siguen sucediendo las muertes de personajes queridos y entrañables, dejando la magia y el colorido de las primeras entregas en tonos opacos y grises, donde la desolación es una protagonista más, hasta se pone en duda la amistad entre nuestros jóvenes protagonistas, hasta el sol en los escaso minutos que sale es un sol de invierno, de esos que no da calor sino que hasta te enfría más. El pesimismo y la desolación, incluso la soledad y la impotencia que irradian Harry y sus amigos, la tristeza de la muerte de sus amigos se transmiten al espectador.
Sólo resta una entrega para el desenlace final de esta obra que en su conjunto es de sobresaliente. Un 9 para esta película, donde nuestros chicos ya han crecido y se enfrentan a la gris vida adulta, donde la ilusión se queda a un lado y la certeza de luchar por lo que deseas se hace patente. Gran dirección de David Yates. Vamos con el desenlace.