"V" de vergüenza por haber permitido que los medios de comunicación nos manipulen hasta la saciedad en todos los aspectos de nuestras vidas, vergüenza por haber prostituido la democracia y dejar que esos que nosotros hemos votado hagan y deshagan a su libre albedrío, siempre con su interés partidista de por medio y protegiendo el capitalismo a ultranza que proclaman impartiendo el miedo entre el resto de las clases medias, que tienden a desaparecer para que sólo quede la clase política dominante, y los militares que les cubren. Miedo a que los ricos sean cada vez más ricos, y los pobres más pobres, que se recorte en educación para esclavizar al pueblo en la miseria de la incultura, que se recorte en la sanidad para que todos aquéllos que la clase dominante considere que no es productiva dejen de vivir y de recibir, que se recorte en fin, en los derechos sociales que hemos conseguido a base de sangre, sudor y lágrimas para que sólo unos pocos puedan disfrutar de la vida mientras el resto del mundo está esclavizado por sus miedos, por sus miserias y por los medios de comunicación al servicio de la infamia y la injusticia.
Hace años que la ví, y hoy he vuelto a verla. Es una simple adaptación de un cómic, de un antihéroe que a la larga de ser un terrorista inmundo se convierte en el libertador de sus congéneres, de un loco ávido de venganza a un iluminado y adalid de la libertad, que va ajusticiando uno por uno todos los males que nos aquejan y a aquéllos que los representan, desde el execrable pederasta hasta el soberbio dictador.
Gran papel de Natalie Portman en ese curso acelerado para erradicar sus miedos, de Stephen Rea como ese policía que busca la justicia desde la injusticia manifiesta para la que trabaja, de John Hurt en esa caricatura de fascista acérrimo, y sobre todo de un enmascarado Hugo Weaving, en un magistral papel, todo ello impresionantemente orquestado por James McTeigue, director que me ha sorprendido gratamente aunque no he visto el resto de su trabajo que haré próximamente.
Un sobresaliente, 9. A los que no la hayan visto, se la recomiendo, les sorprenderá, y a los que ya la vieron, vuelvan a visionarla, a ver si les produce una catarsis como a mí me ha ocurrido. No les pesará.
votos
"V" de vergüenza por haber permitido que los medios de comunicación nos manipulen hasta la saciedad en todos los aspectos de nuestras vidas, vergüenza por haber prostituido la democracia y dejar que esos que nosotros hemos votado hagan y deshagan a su libre albedrío, siempre con su interés partidista de por medio y protegiendo el capitalismo a ultranza que proclaman impartiendo el miedo entre el resto de las clases medias, que tienden a desaparecer para que sólo quede la clase política dominante, y los militares que les cubren. Miedo a que los ricos sean cada vez más ricos, y los pobres más pobres, que se recorte en educación para esclavizar al pueblo en la miseria de la incultura, que se recorte en la sanidad para que todos aquéllos que la clase dominante considere que no es productiva dejen de vivir y de recibir, que se recorte en fin, en los derechos sociales que hemos conseguido a base de sangre, sudor y lágrimas para que sólo unos pocos puedan disfrutar de la vida mientras el resto del mundo está esclavizado por sus miedos, por sus miserias y por los medios de comunicación al servicio de la infamia y la injusticia.
Hace años que la ví, y hoy he vuelto a verla. Es una simple adaptación de un cómic, de un antihéroe que a la larga de ser un terrorista inmundo se convierte en el libertador de sus congéneres, de un loco ávido de venganza a un iluminado y adalid de la libertad, que va ajusticiando uno por uno todos los males que nos aquejan y a aquéllos que los representan, desde el execrable pederasta hasta el soberbio dictador.
Gran papel de Natalie Portman en ese curso acelerado para erradicar sus miedos, de Stephen Rea como ese policía que busca la justicia desde la injusticia manifiesta para la que trabaja, de John Hurt en esa caricatura de fascista acérrimo, y sobre todo de un enmascarado Hugo Weaving, en un magistral papel, todo ello impresionantemente orquestado por James McTeigue, director que me ha sorprendido gratamente aunque no he visto el resto de su trabajo que haré próximamente.
Un sobresaliente, 9. A los que no la hayan visto, se la recomiendo, les sorprenderá, y a los que ya la vieron, vuelvan a visionarla, a ver si les produce una catarsis como a mí me ha ocurrido. No les pesará.