Muchos de nosotros hemos crecido con la versión animada de 1998, un clásico que ha dejado frases memorables para la posteridad.
El problema de esta película llega cuando quieren hacerla humana, una historia lo más parecida a lo que fue esa época, pero se inventan conceptos, entre ellos mágicos. Ahí es donde se pierde el encanto, ya que por una parte nos anuncian ese realismo, esa intención de ceñirse al espacio-tiempo de los acontecimientos, pero por otro lado incluyen muchas escenas en las que como espectador/a te cuestionas si realmente una persona (por mucha habilidad que tenga), pudiera hacer semejantes cosas.
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Muchos de nosotros hemos crecido con la versión animada de 1998, un clásico que ha dejado frases memorables para la posteridad.
El problema de esta película llega cuando quieren hacerla humana, una historia lo más parecida a lo que fue esa época, pero se inventan conceptos, entre ellos mágicos. Ahí es donde se pierde el encanto, ya que por una parte nos anuncian ese realismo, esa intención de ceñirse al espacio-tiempo de los acontecimientos, pero por otro lado incluyen muchas escenas en las que como espectador/a te cuestionas si realmente una persona (por mucha habilidad que tenga), pudiera hacer semejantes cosas.
Defrauda bastante si eres fan del film de Disney.