Roel Reiné nos trae esta secuela en el que el salto en el tiempo es ostensible, y dónde volvemos a cambiar de reparto con actores menos conocidos y algún cameo de personajes del wrestling americano, encontrándonos con un Rey Escorpión interpretado por Victor Webster que ha perdido a su hechicera, a su pueblo y su corona, siendo nuevamente un mercenario que pone su arma a precio.
Aventuras nuevas con un guión muy deficiente, donde todo se esconde con coreografías de enfrentamientos donde la nueva princesa ninja y sus adláteres toman mucho protagonismo, y donde no podía faltar la magia y la fantasía a la que nos tienen acostumbrados estas producciones.
Destacar, por último, la presencia en el papel de malvado de Billy Zane, con Selina Lo con la princesa ninja y Ron Perlman como el rey que contrata a los mercenarios y con demasiada poca presencia.
Suspenso, 4.