No cabe duda de que Fred Schepisi ha mamado mucho teatro y dirige esta película como si de una obra teatral se tratara, y para ello, para ser convincente y darle credibilidad a un gran guión, realizó un casting donde acertadamente eligió para el papel del joven encantador, embaucador y gran orador, Paul Poitier, presunto hijo de Sidney Poitier, a un jovencísimo Will Smith que únicamente había realizado el papel de "El príncipe de Bel-Air", que gracias a sus dotes oratorias se introduce entre la alta sociedad neoyorquina siendo la comidilla de todas las intrascendentes conversaciones.
Además cuenta con el talento innato de Stockard Channing, nominada al Oscar por esta interpretación de forma más que merecida, y de Donald Sutherland e Ian McKellen para darle pulso a esta fantástica historia perlada de grandes diálogos y de pensamientos lapidarios en ese afán del hombre de escalar en su posición social por el medio que sea.
Atención a las aseveraciones sobre "El guardián en el centeno" y el reconocimiento a un actorazo como Sidney Poitier, el primer actor afroamericano que recibió un Oscar por "Los lirios del Valle".
Interesante, 6.