Personalmente, considero un gran acierto a nivel productivo el uso del CGI emulando la animación tradicional. En algunos casos puede quedar un poco cutre, pero en otros como en este producto, es todo lo contrario. Las animaciones cobran muchísimo más realismo al dotar de mayor complejidad los movimientos de los personajes y tratándose de un deporte como el baloncesto es un gran punto positivo a mi parecer.
El estilo artístico me ha sorprendido gratamente, ya que cada personaje tiene un diseño muy propio, a diferencia de muchos animes donde prácticamente para distinguir a cada personaje tan solo cambian el color de sus ojos, pelo y el peinado. En este caso cada uno tiene su propia corpulencia, estructura facial y se han tomado la molestia de incluirles nariz (generalmente se conforman con un misero triángulo en su lugar).
La película se desarrolla durante un partido de baloncesto donde todos los jugadores brillan (tanto protas como rivales). Cada cierto tiempo se interrumpe el partido, mostrándonos extractos de sus dramas personales fuera de la pista para poder empatizar más con ellos, pero también resulta algo negativo porque dejan de mostrar el partido en su lugar.
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Personalmente, considero un gran acierto a nivel productivo el uso del CGI emulando la animación tradicional. En algunos casos puede quedar un poco cutre, pero en otros como en este producto, es todo lo contrario. Las animaciones cobran muchísimo más realismo al dotar de mayor complejidad los movimientos de los personajes y tratándose de un deporte como el baloncesto es un gran punto positivo a mi parecer.
El estilo artístico me ha sorprendido gratamente, ya que cada personaje tiene un diseño muy propio, a diferencia de muchos animes donde prácticamente para distinguir a cada personaje tan solo cambian el color de sus ojos, pelo y el peinado. En este caso cada uno tiene su propia corpulencia, estructura facial y se han tomado la molestia de incluirles nariz (generalmente se conforman con un misero triángulo en su lugar).
La película se desarrolla durante un partido de baloncesto donde todos los jugadores brillan (tanto protas como rivales). Cada cierto tiempo se interrumpe el partido, mostrándonos extractos de sus dramas personales fuera de la pista para poder empatizar más con ellos, pero también resulta algo negativo porque dejan de mostrar el partido en su lugar.