Raw ya es una interesante mezcla de géneros que le sirven bien a la directora para indagar en la angustia de descubrirse a uno mismo, de reconocerse y reconstruir la propia identidad de la protagonista, en conflicto con un ambiente opresivo, una cotidianeidad que reprime quien se aparta de lo normativo. Titane recoge el testigo pero con una reflexión mucho más profunda y un lenguaje duro y visceral: el conflicto con uno mismo, con su propio cuerpo e identidad, los límites del género y el sexo, etc. Todo ello llevado a un extremo que impacta y reproduce visualmente la crudeza de lo que la propia protagonista está experimentando en su interior. Una bonita metáfora, dura, pero bonita.
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Raw ya es una interesante mezcla de géneros que le sirven bien a la directora para indagar en la angustia de descubrirse a uno mismo, de reconocerse y reconstruir la propia identidad de la protagonista, en conflicto con un ambiente opresivo, una cotidianeidad que reprime quien se aparta de lo normativo. Titane recoge el testigo pero con una reflexión mucho más profunda y un lenguaje duro y visceral: el conflicto con uno mismo, con su propio cuerpo e identidad, los límites del género y el sexo, etc. Todo ello llevado a un extremo que impacta y reproduce visualmente la crudeza de lo que la propia protagonista está experimentando en su interior. Una bonita metáfora, dura, pero bonita.