Bojack Horseman ya era mi serie preferida antes de la 4ª temporada, pero tras ver ésa última ha renovado el título.
Bojack Horseman es una serie fresca pero madura, con un guión impecable y unos personajes trabajados, cada uno con su propia evolución personal, su propia alegría y su propio dolor. Puede parecer la típica serie de animación a la que nos tienen acostumbrados los años diez de este siglo, con gags cortos y lleno de referencias pop, pero la realidad es mil veces mejor. Es una tragicomedia con todas las de la ley donde Bojack, nuestro antihéroe, y el resto de personajes labran un mundo humano y lleno de las tristezas que atormentan cualquier alma, de los detalles que nos hacen sonreír, de esos momentos en que lo único que te sale de dentro es ser un capullo y lo satisfecho que te sientes cuando te portas mal con quien te hiere.
Bojack es una mierda de persona caballo que lo único que ha hecho en su vida es una sitcom cutre en los ¿90's? y vive de ello pero se siente solo y desdichado porque es un capullo egoísta del que la gente se acaba alejando. Se aleja quien le quiere dar amor y hasta quien sólo le quiere dar amistad, con sus traumas sobre su pasado y su familia atormentándole todo el rato sólo busca un rato para descansar de ser él mismo y se sumerge cada día en una copa con alcohol.
Es imposible ver esta serie y no empatizar, porque está llena de situaciones a las que todos nos hemos tenido que enfrentar. Es un drama, aunque a veces sea divertida, trata de las emociones humanas, de todo lo que te podría pasar o te podrías imaginar que te pasa. En definitiva, de la vida.
Déjate sorprender si no la has visto y apréciala sin prejuicios porque es una obra audiovisual única.